Palestina: Una historia de ocupación y resistencia
Una realidad central sobre la entidad sionista, Israel, es que es el principal instrumento del del imperialismo en el Medio Oriente: una región estratégica de reservas petroleras que es la puerta a Europa, Asia y África.
Si no fuera por la ayuda estadounidense, Israel no existiría. Por décadas ha recibido de $2 a $3 mil millones anuales de ayuda, lo que le ha permitido construir uno de los ejércitos más poderosos del mundo. El libro Deadly Arsenals (Arsenales mortíferos) calcula que Israel tiene 100 misiles de corto y medio alcance con capacidad nuclear. También tiene armas nucleares que se pueden soltar de aviones o lanzar desde barcos.
Israel es el opresor directo del Pueblo Palestino. También ha cometido muchas agresiones contra las masas y otros crímenes en la región y por todo el mundo al servicio del imperialismo. Invadió Líbano en 1976 y en 1982, y mató a más de 20,000 libaneses y palestinos. En 1982, bombardeó un reactor nuclear de Irak. En 1991 y 2003 apoyó a Estados Unidos en las guerras contra Irak. Los agentes israelíes han entrenado a torturadores de Guatemala, Sudáfrica y muchos otros países; Israel vende armas a gobiernos reaccionarios y criminales en todo el planeta.
El imperialismo, Israel y el pueblo palestino
Desde el siglo XVI hasta la I Guerra Mundial, el imperio otomano gobernó Palestina. La nación palestina moderna se forjó en el curso de la resistencia contra ese imperio, con una cultura común, un territorio contiguo y una vida económica truncada pero coherente de agricultura y procesamiento de productos agrícolas (como el aceite de oliva). Al final de la I Guerra Mundial, en 1918, unos 680,000 palestinos y 56,000 judíos habitaban Palestina, los primeros eran dueños del 97% de las tierras.
Después de la I Guerra Mundial, las potencias imperialistas se repartieron Palestina y los demás territorios del derrotado imperio otomano en medio de una encarnizada competencia por el petróleo, un producto económico y militar muy codiciado. En 1922, Gran Bretaña logró un “mandato” para gobernar a Palestina como colonia..
Los sionistas europeos empezaron a colonizar la Palestina histórica (lo que hoy son Israel, Gaza y Cisjordania) en la década de 1880. Los dirigentes sionistas ofrecieron establecer un estado colonizador en el Medio Oriente al servicio de las potencias imperialistas. Cuando los imperialistas ingleses aprobaron ese plan al comienzo del siglo XX, empezó a llegar una ola de colonos sionistas.
En 1936, los palestinos se alzaron en armas contra las autoridades británicas y los colonos sionistas. En 1939, Gran Bretaña aplastó el levantamiento sin piedad y promulgó leyes de emergencia que imponían la pena de muerte a todo palestino que tuviera un arma.
Tras la II Guerra Mundial, Estados Unidos surgió como la primera potencia imperialista y reemplazó a Gran Bretaña como mandamás en el Medio Oriente. En noviembre de 1947, maniobró una resolución de la ONU que dividió a Palestina en dos estados, un estado sionista y otro árabe. En aquel momento, los palestinos tenían el 92% de la tierra y el doble de la población que los sionistas, pero la división le dio el 54% del territorio a Israel. En mayo de 1948, cuando los palestinos y los países árabes rechazaron la división de Palestina, Israel inició una guerra contra los palestinos. Las fuerzas israelíes masacraron a toda la población indefensa de determinada ciudades palestinas, la primera de ellas fue el pueblo de Deir Yassin, más de100 mujeres y niños entre los asesinados, dejando a algunos de ellos vivos para que en su huida, al dar testimonio de lo sufrido, sirviesen de portavoces que extendiesen el terror e hiciesen huir a los demás palestinos.. En enero de 1949, cuando terminó la guerra, casi 800,000 palestinos (los dos tercios de la población) estaban exilados en Líbano, Jordania, Siria, Gaza y Cisjordania, e Israel confiscó el 77% de Palestina.
En los años 60, se dio un auge de lucha revolucionaria en Palestina. En 1965, varias organizaciones guerrilleras emprendieron la lucha armada con el fin de crear un estado democrático laico (no religioso) en todo el territorio palestino. En marzo de 1968, los combatientes palestinos repelieron un ataque israelí de gran envergadura en la batalla de Karameh, Jordania. En 1967, Israel lanzó la “guerra de Seis Días” y se apoderó de lo que le faltaba de la Palestina histórica (el 23% restante del territorio de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental), además de la península de Sinai (de Egipto) y Golán (de Siria).
La Resolución 242 de la ONU ordenó que Israel se retirara de las tierras ocupadas, pero Israel empezó a construir asentamientos fortificados. Desde 1967 los palestinos de Cisjordania y Gaza han experimentado una cruel ocupación militar, no han tenido derechos básicos y no han podido desarrollar una economía viable.
El mortal “proceso de paz”
La intifada (levantamiento) palestina de finales de los años 80 sacudió a Israel y a los imperialistas yanquis. Además de reprimirla con la fuerza de las armas, éstos iniciaron el “proceso de paz”. Un elemento clave de la estrategia estadounidense ha sido “la solución de los dos estados”: que los palestinos reconozcan al estado de Israel (y olviden la lucha) a cambio de un “miniestado” en Cisjordania y Gaza. Hacia finales de los años 80, el líder de la Organización de Liberación Palestina (OLP), Yasir Arafat, básicamente aceptó esa propuesta.
Estados Unidos e Israel no tienen la menor intención de permitir la creación de un estado palestino independiente. Conforme al “proceso de paz” de Oslo de 1993, Israel transfirió 40% de Cisjordania al control total o parcial de la Autoridad Palestina. Pero eso es solo el 10% del territorio palestino y son pequeñas parcelas aisladas y rodeadas. Israel controla las principales carreteras, las fuentes de agua, las fronteras y la salida al mar. El Acuerdo de Oslo tampoco dice nada sobre los 6 millones de refugiados palestinos que viven fuera de Israel, Cisjordania y Gaza. Durante los años del “proceso de paz” (de 1993 a 2000), la cantidad de colonos israelíes se duplicó.
Estados Unidos e Israel abandonaron ese “proceso de paz” en el 2000 a favor de tácticas más duras. Israel siguió construyendo nuevos asentamientos y ahora tiene centenares, protegidos por el ejército.
Una ocupación más brutal
La agresión de Israel contra los palestinos se redobló con el gobierno de Ariel Sharon en el 2001. (Sharon dirigió la masacre de centenares de palestinos en los campos de refugiados Sabra y Chatila en Beirut, Líbano, en 1962).
En el 2002, Israel empezó a construir una barrera fortificada de 400 millas de largo (con muros de concreto, cercas electrificadas, sensores, alambre de navaja, trincheras y torres de vigilancia) en territorio Cisjordania. Este muro aísla a muchos pueblos palestinos, separa a los agricultores de sus campos y les roba más territorios a los palestinos.
En septiembre del 2005, Sharon se “retiró” de Gaza: sacó las tropas y desmanteló los asentamientos y bases militares. Esto era parte de un plan para convertir a Gaza en una gran cárcel para los 1.8 millones de palestinos que viven ahí, y anexar más territorio en Cisjordania. Ehud Olmert, el sucesor de Sharon, sigió el mismo camino.
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